Hacía calor esa mañana. El cocinero se acercó al frigorífico y sacó un huevo. Lo puso en la encimera. Abrió el gas de la cocina. Encendió una cerilla y la acercó al quemador. Era un acto reflejo, encender la cerilla y acercarla al gas. Rápido y preciso. Muchas cosas de nuestra vida las hacemos por automatismos. No lo pensamos. Simplemente las hacemos.
Acercó una sartén pequeña al fuego, esperó unos segundos y puso aceite de oliva. Bastante. El huevo no debía tocar el fondo de la sartén. Cascó un huevo y lo puso en un plato en espera de que el aceite se fuera calentando.
En la proximidad iba notando el ligero crepitar del fuego sobre el fondo de la sartén que transmitía el calor al aceite que por convención hacía que se moviera de abajo arriba y que volviera a bajar en ciclos cada vez más anchos o más bajos, cada vez más impredecibles. El cocinero percibía el ligero olor del aceite que se mezclaba con reminiscencias de otros guisos.
Comprobó las ondulaciones del aceite de un fuego quizá demasiado fuerte y ese ligero humillo que indicaba el momento en el que el huevo debería comenzar a freirse. Sin embargo ese día lo dejó estar un poco más, todavía un poco más sin bajar el fuego, sin retirar la sartén, haciendo que el humo se fuera espesando, que el ambiente se fuera enrareciendo. Miró al huevo en el plato.
La sartén maduraba su propia personalidad, su propia bronca. Ahora un chisporroteo, ahora una amenaza de quemadura, después un amago. El cocinero dejó pasar el tiempo suficiente hasta pensar qué debía hacer. Decidió que el huevo no merecía ese destino. Apagó el fuego
17 comentarios:
Impresionante forma de describir la fritura e impresionante volc´´an, saludos
Esto es lo que se describe como el arte de freir un huevo?
Ainnsss pues me quedé sin ése huevo frito con puntillas...que era como le iba a salir por dejar calentar tanto el aceite...
Buen relato!
Saludos
Es que esto de freír un huevo se subestima y no deja de ser un arte.
Las imágenes son espectaculares, por mucha banderita que ponga se ve claro quien es el que manda y tiene el poder...
Un saludo :)
Lástima de huevo. Yo no hubiera podido resistirme a freírlo. Y zamparmelo, claro.
Fántástico lo del volcán. Qué sensación tan fuerte debe ser ese vis a vis con el magma.
Unb abrazo
Pues yo soy tan torpe que no sé ni freír un huevo, y aunque para todo hay que tener un arte, no creo que está misión culinaria sea tan dificultosa. Por cierto en ese volcán se puede freír un huevo pero sin pelarlo y sin aceite ni hostias.
Un abrazo amigo.
La contemplación de las pequeñas acciones, parece algo tan cotidiano y, sin embargo, la "dejamos pasar". Festejo que, además de la observación, tengas la capacidad de narrarla!Abrazooo
El mundo entre quien piensa y no piensa es bastante diferente ja ja ja.
Impresionante el vídeo!!!
Abrazos!!!
!!Hola,jaal!!
Me gusta la generosidad del cocinero.Pensó q ya había tenido bastante sufrimiento el huevo.
Me ha gustado tu oda al huevo,maravilloso.
El vídeo es espectacular.
Un magnifico post.
Muchísimos besitos.
jaja...por supuesto que no cualquiera los sabe hacer, beso
Mi boca estaba segregando saliva a la espera del huevo frito... y el cocinero se arrepiente. En vano, porque ya había roto el huevo, así que tampoco lo salvó.
Justo acabo de terminar un textito sobre un volcán y veo tu video (creo cada vez más en las sincronicidades)
Un abrazo "volcánico" (por el calor que hace aquí).
Batalla en la sarten. Muy bueno.
Vaya tortura para el pobre huevo.
Un abrazo.
¡Pobrecito huevo! seguro pensó que lo iba a estropear para echarlo sin escrúpulo alguno al cubo de la basura.
Un abrazo
Es un arte freir un huevo...y qque ricos estan!!!
El video fascinante!!!
Las imágenes del volcán son espectaculares, como espectacular es tu manera de describir cómo se enfrentó el cocinero ese día a la fritura del huevo. Te aseguro que sufría por si saltaba el aceite hirviendo y lo quemaba todo, jajaja. Muy realista y conseguido. Además, un tema nada común para crear ese gran suspense. Me ha gustado, ¿se nota?
Un abrazo.
Impresionante. Bs.
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