
El agua tiene memoria de todo lo que es capaz de disolver, de todo lo que es capaz de empapar, tiene memoria de las arenas y de las rocas por donde pasa, se acuerda de las plantas a las que riega, se acuerda de la época en que fue sacada de aquel oasis para años después volver a la montaña. El agua no tiene edad, porque no tiene forma. Puede albergar anticuerpos, antígenos, microbios. Puedes hablar al agua, puedes maltratarla y se revelará. Puede inundar y puede ahogar, pero también puede calmar la sed.
La memoria del tiempo que era océano o río o arroyo y los cambios de humor, de carácter y los contenidos que tubo que transportar, la sangre de los heridos, la quilla de los barcos, el bote de los náufragos. No importa para qué se utilice, importa la intención y es mejor que no sea aviesa la intención porque todos hemos sido y seguimos siendo. Agua.
Jaal- 16/365
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