lunes, 31 de diciembre de 2012

Feliz 2013




Esto es lo que voy a hacer el día de Nochevieja. Voy a comer pronto, como a las dos de la tarde. Me pondré el traje de carrerista con el cabezal de chandal para no pasar mucho frío y saldré, listo para emplear una tarde al más puro estilo Colin Smith. Iré hasta la boca del metro y me saltaré los tornos de entrada. Hoy no llevo billete. Una vez en el metro estaré rodeado de más carreristas que van a cumplir su cita anual con San Silvestre, la carrera anual que sirve para despedir el año. 

Bajaré en Nuevos Ministerios, en la zona donde se encuentra el supermercado. Comprobaré que no hay nadie por la estantería de los refrescos y me tomaré una de esas bebidas que reconfortan antes de empezar a correr y también una chocolatina. Lo haré sin que me vean. Después me daré cuenta de que podía haberlas tomado en la salida. Las regalan. Pero no a los que no se han apuntado. Bueno, no estoy seguro. 

Llegaré hasta el paseo del General Perón y de ahí al Bernabeu que es el punto de encuentro de miles de carreristas para la salida de la gran carrera. Pero yo no estoy apuntado, no llevo dorsal. No importa. A las seis y cuarto comenzaré a correr, hay mucha gente y supongo que mucha vigilancia. Es normal con la que está cayendo en reuniones multitudinarias. Es posible que no me dejen salir desde el punto habitual. En ese caso, saldré dos calles más arriba o desde la gasolinera.

Haré la distancia como pueda, no estoy entrenado para aguantar esta distancia pero diez kilómetros es algo asumible. Además son miles de carreristas. Cuando me sienta ahogado escupiré al estilo del protagonista de “La soledad del corredor de fondo” y seguiré avanzando hasta el final, arrastrando los pies o caminando. Al llegar a la altura de la junta de distrito de  Vallecas, tiraré lo que tenga a mano sobre la fachada, porque no hay otra alternativa, porque me sale del cuerpo. Y subiré toda la avenida de la Albufera hasta la línea de meta, donde una vez allí y sin rebasarla me daré la vuelta y me escabulliré por el primer callejón a que encuentre, justo como Colin Smith

De regreso a casa me volveré a colar en un metro que estará lleno hasta los topes y una vez en el barrio, volveré a entrar en un supermercado de los grandes y me tomaré una o dos cervezas junto a las estanterías, sin que me vea el guarda jurado. Allí apoyado sobre una balda y en estado de alerta me acordaré de todos los que os pasáis por este blog, para desearos un Feliz y Próspero Año Nuevo.

sábado, 29 de diciembre de 2012

Umberto D.



Hay ocasiones, muchas, en que la realidad supera la ficción. Esta tarde al salir de casa y cuando llevaba caminados unos pasos se me acerca titubeante un hombre de unos treinta años, bien vestido, afeitado, pelo corto, delgado y tartamudeando, como costandole sacar las palabras, dice.

- Perdone que le moleste. Yo no quiero molestarle. No estoy borracho, puede verlo, ¿ve que no estoy borracho?

Es cierto, no estaba borracho y aparentemente gozaba de buena salud.

- Tan solo quiero que me escuche un momento. Yo vivo aquí detrás, en ese bloque de pisos. Hasta hace unos meses tenía trabajo, pero ahora, ahora no tengo nada. Si pudiera darme ...

No me llamó la atención la historia, por desgracia en Madrid se ven muchos casos peores que este. Lo que me sobrecogió fue la torpeza del intento y la sensación de que la persona que tenía delante de mí estaba dando los primeros pasos en la mendicidad. Es una realidad tan desgarradora que se me hace difícil  imaginar la certeza de que hoy ese hombre no tiene nada que esperar.

A veces he intentado comprender qué es lo que pasa por la cabeza de una persona que no tiene nada, que vive en la calle, que está a merced de cualquier desalmado. Ese es el siguiente estado al que se accede a partir  del momento en el que un día sales y dejando a un lado tu orgullo pones la palma de la mano delante del prójimo y pides algo, pides limosna. Me parece una de las pruebas fuertes a que la vida nos puede someter, partiendo de la base de que en la mayoría de los casos no hay  elección. También de santidad, no olvidemos que gran parte de los santos de cualquier religión eran mendicantes, pero lo eran  por decisión propia.




Este hombre me recordó a Umberto D. el protagonista de la película del mismo título dirigida por Vittorio de Sica. Hay una escena conmovedora que puede verse en el vídeo anterior en la que por así decirlo Umberto está iniciándose en la práctica del pedir. Se intuye la torpeza al poner la mano cuando pasa un transeunte, y de girarla, como si estuviera comprobando si llueve, en el momento en el que le van a dar unas monedas. Exactamente esa misma sensación he tenido esta tarde al encontrarme con mi vecino. Y lo más inquietante es saber que mañana podemos ser cualquiera de nosotros.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Tectónica de Placas




Hace cien años que surgió la teoría de la deriva continental que intuía que los continentes estaban en movimiento. Se sabía que un continente era una cosa muy grande y dado su tamaño se asumía que era inamovible, hasta que llegó Alfred Wegener y en 1912 dijo que de ninguna manera, que independientemente de su tamaño los continentes se movían, es cierto que muy lentamente. Los geólogos de la época consideraron que un meteorólogo, Wegener lo era,  no debía meterse en camisa de once varas y lo descuartizaron, metafóricamente hablando. 

Cuando la técnica se refinó y aparecieron avances como el radar se pudo comprobar no solo que los continente se movían si no que era posible predecir donde podrían ser localizados en los próximos milenios. En las zonas donde se producen fricciones suelen aparecer terremotos y otras inestabilidades.

*******

Cintia, es una emigrante nicaragüense y reside en Los Ángeles.  Hacía un año que se había separado de su marido estadounidense, tenían dos hijos. Estaba sentada en la cocina escuchando la radio que decía que la pasada noche se había producido un seísmo de 5.2 grados en la escala de Richter y que era previsible que durante la próximas horas se repitieran los temblores. Aunque la previsión no era catastrófica, se recomendaban no salir a la calle en los sitios con edificios altos por el peligro de desprendimiento, especialmente en los barrios antiguos. A Cintia no pareció preocuparle especialmente lo que pudiera ocurrir en la calle. No tenía previsto salir aquella noche. Además por el hecho de venir de una tierra plagada de volcanes estaba acostumbrada a los movimientos de tierra acompañados de humo y de alarmas en la población.

Unos minutos más tarde, llamaba a la puerta de su casa un cartero de una de las empresas de correos que gestiona el servicio postal en Los Ángeles. Cintia llevaba esperando esa carta mucho tiempo. Firmó el justificante que le tendió el hombre y cerró la puerta. Como pudo abrió la carta rasgando la solapa. Tal como esperaba era del juzgado que estaba tramitando el asunto de la separación y le notificaba que la custodia de los hijos le habían sido concedida a su ex pareja, por lo que de ahora en adelante el régimen de visitas era el que venía adjunto en la siguiente hoja.

Posteriormente volvió a sentarse en la silla y con la cabeza entre las manos comenzó a sollozar. Por la radio seguían dando consejos sobre las precauciones que era necesario seguir a la hora de salir a la calle, con especial atención al paso por debajo de cornisas y voladizos en mal estado.

La teoría de deriva continental dio origen a otra que la englobaba y que se dio en llamar tectónica de placas y que explicaba los movimientos a los que estaba sometido ciudades como Los Ángeles.

sábado, 22 de diciembre de 2012

El otro lado del fin del mundo




Acabo de cruzar el umbral del fin del mundo y no es tan diferente al mundo al que estaba acostumbrado. Vi salir a Rodrigo Rato declarando por el asunto de Bankia y automáticamente traspasé la puerta que indicaba claramente el paso al otro lado, en estado no-yo o simplemente muerto. No lo sabíamos pero la clave era  Rato al declarar en el caso Bankia,  ese era el desencadenante entre la vida y el otro lado. Curiosamente el no-yo es parecido al yo. De hecho imaginariamente todo parece igual a lo que ya conocía. Los no-yos son iguales a los yo, solo que no lo saben. 

Hemos traspasado el umbral de la existencia pero seguimos siendo sospechosamente parecidos. Sin ir más lejos esta mañana ha aparecido el no-Rajoy que sigue empecinado en realizar el no-ajuste. Los procesos también siguen su curso y se comportan como si nada hubiera pasado como si las cosas siguieran un cauce paralelo pero a este lado. Es más, en mi anterior parrafada bloguera me había despedido de vosotros y sin embargo en esta parte sigo teniendo la necesidad de comunicarme con vosotros para poner lo que se me pasa por la cabeza, pero también para ver que pasa por vuestras cabezas no-yo.

Como nada me puede pasar, he decidido dejar de pagar lo que parece que son deudas como por ejemplo la hipoteca. Debo decir la no-hipoteca. Así que me presenté en el no-banco y le dije al anti-gestor personal (A veces ambos prefijos, no o anti se pueden usar indistintamente), que dejaba de pagar esta y todas las mierdas que debo al banco y que me diera una hoja para firmarlo. Ocurrió que se presentó el anti-director que se puso a comentar algo al oído del antigestor. Momentos después pasaron al interior de un despacho y llamaron por teléfono. Lo podía ver todo desde donde estaba sentado.

Un poco más tarde llegaron unos señores enfermeros que me invitaron a seguirles pero ante mi negativa me cogieron los brazos con fiereza y me los metieron en una camisa de fuerza. Escribo esto desde una sala acolchada. El fin del mundo era esto.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Fin del mundo




Hoy me acabo de dar cuenta de que las cosas de este mundo han dejado de tener importancia para mí. Creo firmemente en que el día 21 de  Diciembre se acaba este tinglado y desde hace dos días veo las cosas con una perspectiva inusitada. De repente la crisis ha dejado de tener importancia y la gran estafa en la que estamos metidos no llega a la categoría de broma de dudoso gusto. Ya lo decía Gila, sino saben aguantar una broma que se vayan del pueblo. Afortunadamente no somos nosotros quienes nos vamos a ir, si no el suelo que tenemos bajo nuestros pies, motivo por el que nuestros dirigentes han dejado de tener importancia.

Me he centrado en un optimismo que me va a acompañar durante toda la eternidad porque es casi seguro que en el otro lado las cosas son mejores o no son. Lo digo yo, que siempre he sido ligeramente descreído. Así que aunque solo sea por pasar unos días en paz voy a hacer uso de un optimismo recalcitrante y voy a pensar que toda la humanidad sois mis hermanos. Desde mi vecino hasta el hermano cocodrilo.

Hay algunos hermanos que no terminan de comprender. Creo que muchos de los que mantenéis la esperanza de seguir vivos deberíais recapacitar o en su defecto apuntaros a alguna de estas asociaciones tan de moda llamadas preparacionistas, prepper en su versión inglesa.

Los prepper creen dos cosas contrapuestas, que habrá fin del mundo y que ellos, al igual que vosotros, se van a salvar. No se dan cuenta de que lo único que van a lograr es alargar la agonía. Pero bueno, me veo en la obligación moral de comunicarlo.

Para casos de fin del mundo leves orientan sobre cosas tan peregrinas como por ejemplo la supervivencia en el campo comiendo saltamontes o haciendo fuego con piedras. Como se puede ver es una solución que está orientada a personas que se creen esto del fin el mundo pero no mucho. Más centrada en el turismo aventurero o scout.

Para casos de fin del mundo en serio montan bunkers, incluso en la calle Arturo Soria parece que hay uno. Dependiendo del poder adquisitivo de los socios puede haber desde quirófano hasta una morgue. En algunos de lujo se puede fumar.

Nunca he tenido fe en religión alguna pero hubo una época en que tuve fe a Paco Rabanne, cuando dijo que el cambio de milenio traería el armagedón. Pero algo pasó y los astros se equivocaron. Estuve internado siete años en un psiquiátrico por fuerte desaliento hasta que me enteré del apocalipsis maya. Esto me ha vuelto a la vida, pero solo hasta mañana, motivo por el que solo me falta despedirme de vosotros. Adiós.

martes, 18 de diciembre de 2012

Black Keys



Así que me puse a buscar información sobre los Black Keys. La búsqueda con los medios que facilita internet es inmediata y fácilmente empiezan a salir la vida y milagros de esta pareja de músicos, batería y bajo, de la ciudad de Akron en Ohio, sitio, uno de tantos, a los que no iré en  mi vida pero que suena bien. Akron.

Lejos de ser un grupo nuevo, llevan más de diez años tocando y según parece, su nombre está inspirado en un amigo esquizofrénico que veía teclas negras por las calles. Pero lo más reseñable, el motivo por el que este grupo se ha puesto de moda es el vídeo que aparece a continuación.




Como se puede oír, la música es pegadiza con especial atención al protagonista. Ese colega que sin previo aviso comienza a bailar y no para hasta el final. Al principio resulta simpático y me animé a terminar de verlo para ver qué otra cosa ocurría, si aparecían otros bailarines o pasaba un coche o algo. Permanecía la duda de saber que iba a suceder a continuación. Pero no sucede nada, sucede que no para de bailar. Y sabía que la visualización se había reproducido como la pólvora, que era eso que en estos tiempos se llama un viral, algo que es visto y oído por mogollón de personas en poco tiempo. De hecho el día que lo busqué en Youtube el marcador indicaba más de veinte millones de visitas. Y me pareció que está bien, tiene ritmo y es sencillo.

La siguiente duda que me surgió fue el saber si lo del bailecito era algo estudiado y coreografiado o sencillamente parece lo que es, un baile espontáneo de alguien a quien le sale el ritmo por los poros. Hay cosas como la interpretación de ciertos actores que parece que no actúan, que se puede pensar que eso lo hace cualquiera. Estoy pensando en la interpretación de Bill Murray en Lost in Translation y sin embargo la cosa lleva su ensayo y su talento. Parece que Derrick. T. Tuggle, que así se llama el sujeto, es un actor de escaso éxito que por las noches trabaja de portero. Pudiera darse el caso de que el lugar donde se desarrolla el vídeo fuera su lugar de trabajo. Parece que se presentó a las pruebas en las que pedían extras para salir en el vídeo y parece que alguien se dio cuenta de su forma de bailar y de que no hacía falta complicarse la vida para  hacer un vídeo original. Y este es el resultado de la ocurrencia. Y evidentemente no pensaban en lo que iba a suceder después. Quien podía saberlo.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Día de concierto




Anochecía cuando pasé por el Palacio de los Deportes,  había cuatro autobuses grandes, negros, diferentes, con los cristales tintados. Junto a ellos se encontraba la puerta de acceso de los artistas. Había concierto. Pero los conciertos no comienzan cuando comienza a anochecer. Era el mes de Noviembre y hacía frío.

Mi camino me llevaba por la plaza de Felipe II donde se encuentra la puerta principal que todavía estaba cerrada. Había mucha gente haciendo cola y los bares de los alrededores estaban llenos. No había ningún cartel que anunciara el concierto de hoy, sin embargo se podían ver otros carteles de presentación de un circo y de actuaciones propias de las navidades.

En estos casos procuro adivinar el nombre del grupo por el aspecto de sus seguidores: Es verdad que no he acertado ninguno todavía. Aún recuerdo el día en que vi a un colectivo de gente vestida de negro, diría que estrafalarios jóvenes, pintados con tatuajes a tutiplén y lentillas de colores. Podía ser algún grupo gótico al estilo Sister of Mercy, o los vaquerizos, pero no, ese día tocaba Marilyn Manson. Anduve cerca.

La dificultad de adivinar al grupo también reside en que a medida que voy cumpliendo años, me distancio más de los gustos de la gente joven y de saber lo que se lleva. Bueno, si me preguntaran qué se lleva en el mundo de la moda o en el del motor estaría igual de perdido.

Hay que intentarlo. El aspecto de las personas que esperaban era normal. Sí, ya se que lo normal suele ser inquietante. Eran jóvenes, pero no demasiado. Pantalones vaqueros, camisetas y jerseys del primark, no se veían muchos tatuajes, no parece que militaran en tribu reconocida.

Cómo resistir la tentación de preguntar.
- Perdona ¿Quién toca esta noche?
- Los Black Keys (Mis entendederas lo transformaron en Black Kiss, que no es lo mismo precisamente).
- No, los Black Keys.

No me sonaban de nada. Cómo acertarlo. 


viernes, 14 de diciembre de 2012

La resurección de los muertos





Vivimos unos tiempos de inusitados prodigios. De hechos sorprendentes, de mentalismo exacerbado. El otro día se produjo el doble prodigio. Un ejemplo previo. En la distancia seguí el devenir de los acontecimientos de la central nuclear de Fukushima. Era bastante inquietante porque en un momento dado se podía fundir el núcleo de la central y hacer un agujero en el suelo que apareciera por las antípodas, que ahora mismo no se donde las tienen en Japón. El desasosiego fue enorme, en las noticias anticiparon que por fin se podía enfriar el núcleo y salieron unos bomberos echando manguerazos al edificio de la central. Un día dejaron de dar noticias de Fukushima. 

Eso no es nada comparado con la doble resurrección que ha ocurrido estos días. Hace unos meses echaron a Berlusconi de la poltrona por corrupto, por golfo, por de todo un poco. Hasta ayer no se había vuelto a saber nada. Puestos a suponer que nunca iría a la cárcel, era de preveer que al menos no se atrevería a salir otra vez en las noticias. Hace tres días Berlusconi anunció que volvía a presentarse a las elecciones italianas. Levantada del primer muerto. Acto seguido hizo unas valoraciaones sobre la situación de Europa desde su privilegiado punto de vista, y osó decir que en Europa a nadie le importa la prima de riesgo. Segundo fiambre que se levanta. La prima que estaba desaparecida también hace acto de presencia a lo grande en boca del cavallieri y para recordarnos que los parentescos de primas pueden ser venenosos va y el índice vuelve a subir, en toda Europa!!!!  Y ya tenemos aquí para animarnos las navidades, el circo, la prima de riesgo y al fulano y esperemos no asome Fukushima por la Puerta del Sol.

Esta tarde he oído a un niño decir a otro que en el cole le habían mandado escribir un cuento de Navidad. Ha dicho que ya lo había terminado. El cuento va de una lucha entre el Papá Noel de siempre y un Papá Noel corrupto. Este último estaba “perdido por la ambicióm y por el dinero”. Luego el niño comentaba que los dos papás noeles iniciaban una pelea sin cuartel con metralletas y con disparos. Su madre que estaba escuchando reprendió al niño diciendo que cómo iba a presentar ese cuento, a lo que el niño replicó, “Son unas navidades alternativas”. Visto desde sus diez años.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Eslogan Electoral




“Gobernar, a veces, es repartir dolor”
Alberto Ruiz Gallardón


miércoles, 12 de diciembre de 2012

La vida de Pi - Ang Lee




No me deja de sorprender la cantidad de páginas que se han escrito sobre ética y sobre la importancia de nuestras acciones en lo que nos rodea y la indiferencia que tiene la naturaleza sobre lo que nos ocurra a los humanos. Le importa menos los humanos y lo que nos pase que a Díaz Ferrán, suponiendo que este sujeto pueda ser incluido dentro de eso que se ha dado en llamar naturaleza.

El  otro día fui a ver la "Vida de Pi" y resultó ser una prueba más de esto que estamos hablando. Para no destripar la película no haré un detalle de todas las barrabasadas que la naturaleza hace con el protagonista, me ceñiré a lo del tigre.

Debemos suponer que por los azares de la vida nos encontramos un día montados en una barca, perdidos en el mar con la única compañía de un tigre. Pero uno de verdad, no sacado de una película de Walt Disney. Y el protagonista que se llama Pi se esfuerza, no solo por salir vivo si no por salvar al animal de una muerte segura. Claro, sucede que esto de tener cerebro al final acaba otorgando cierta ventaja al humano. No diré que se entabla una relación amistosa, porque el tigre, que por cierto se llama Richard Parker, es un broncas. Como en toda relación mal avenida, cada vez que Pi entra en la barca le monta un cristo de categoría. Y debe entrar. Nuestro protagonista se pasa gran parte del tiempo en unos flotadores atados a la embarcación.  Y el animal con esa mirada del tigre llena de fiereza y de mal rollo. Pues con todo Pi acaba salvando la vida al animal. Y cuando llega lo de la isla parece que hubiera un conato de entendimiento.

Pero Richard parker es indiferente a todo tipo de humanidad. Cuando tiene la primera oportunidad y después de algunos meses de compartir barca, el animal se marcha sin ni siquiera una mirada o signo  de afecto. Sin decir adiós. Eso resulta doloroso y sin sentido al protagonista.

La película es muy imaginativa, contada como una historia dentro de una historia, con un final que obliga a repensarla y con cantidad de vicisitudes donde las circunstancias obligan a  Pi, a luchar a brazo partido.

También se habla mucho de dioses, de fe y del más allá y para justificarlo se presenta la naturaleza como una prueba a superar. Hay un documental que se llama “Grizzli Man”, donde el protagonista se hace amigo de los osos y donde predomina el buen rollo y la hermandad con una naturaleza que parece de dibujos animados. O eso cree el protagonista hasta que uno de esos trozos de naturaleza, indiferentes a todo sentimiento, se lo comió. A la naturaleza le da igual las personas.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Límite de elasticidad





La  elasticidad es la capacidad que tienen determinados cuerpos  de oponer  resistencia a una fuerza que incide sobre ellos directamente y que hace que se estiren hasta un determinado punto. Tiene que ver con la ley de la acción y reacción. Si alguien te da un golpe, se lo devuelves. En asuntos morales se llama venganza o más civilizadamente justicia. El límite de elasticidad es como su nombre indica el límite a partr del cual el cuerpo deja de oponer resistencia y se rompe . Una vez  roto aparece sujeto a otras leyes de la física. El cuerpo puede oponer resistencia cimbreándose y la amplitud de movimiento será mayor cuanto mayor sea su elasticidad. La ecuación es  F =-kx.

En esta ecuación el límite viene marcado por la k, cuando mayor es su valor más es el aguante de un cuerpo. Evidentemente si la fuerza es desproporcionada, no hay constante que resista.

Una de las propiedades que tiene la fractura es su irreversibilidad. Cuando se ha roto el cuerpo no hay vuelta atrás y la parte fracturada acaba antes o después en el suelo donde se debe olvidar lo dicho anteriormente comenzando la siguiente fase que en organismos vivos es la descomposición de los aminoácidos existentes.

Aparece la formación de cadaverina que se forma por la descomposición de materia orgánica muerta, y la formación de la putrescina que se produce por la descomposición de la carne. Tampoco se puede despreciar la presencia de metanotiol y el ácido butírico. Como se puede imaginar, estas sustancias huelen fatal, pero no conviene olvidar que ese mal olor forma parte de nosotros y que se puede originar antes de lo previsto si no se toman las medidas oportunas. 

La duda que surge es saber si el límite de elasticidad de este país se ha producido o no, creo que todavía no, pero de lo que no me cabe la menor duda es del olor a podrido que nos rodea. La otra duda consiste en saber si el mal olor proviene de que ya estamos muertos o es el tufo que van dejando los dirigentes que hemos tenido y que tenemos.  Y sí, a mí también me surge la duda de saber qué se puede hacer para quitar esta peste.


sábado, 8 de diciembre de 2012

De la vida de los objetos





Los  objetos tienen vida propia y es independiente de la nuestra. Hay momentos en nuestras vidas en que los adquirimos, que es una forma de adoptarlos, pero pasado el tiempo y en el supuesto de que nos sobrevivan y no entren en el limbo o en la desmembración, su vida prosigue en otros lugares, con otras personas. A veces nos dicen cosas.

Orhan Pamuk el escritor turco y premio Nóbel inauguró  hace unas semanas el Museo de la Inocencia donde se recogen una serie de objetos que aparecen descritos en su novela homónima. El proceso fue el siguiente; primero escribió la novela con sus objetos, vasos, máquinas de escribir, colillas. Hay que decir que el protagonista colecciona todos los objetos que puede encontrar y que fueron tocados por la persona amada, el poseer esos objetos le sosiega y le permite sobrellevar su existencia.  El equivalente a esos objetos fueron buscados por tiendas de segunda mano, muchos de ellos en Estambul, pero también en otras partes del mundo. De esta forma los objetos fueron recordados primero, materializados después  y finalmente agrupados en un museo. Según el autor la idea es aproximarnos a la novela de otra forma, más física y más directa.

Cuenta Pamuk que esos objetos recordados, a veces los encontró en Estambul cerca de su casa, pero otras veces fueron encontrados en ciudades como Buenos Aires, Tel Aviv o Londres. Hace especial mención a los judíos como detentadores de objetos antiguos y olvidados por todo el mundo, lo que no hace más que constatar la independencia de sus vidas como objetos.

Hay quien piensa que los objetos tienen memoria, también hay quien piensa que eligen a sus dueños y por supuesto hay quien supone que en su carácter está el cambiar de casa o de país.

Pamuk empleó muchos años en escribir la novela y en encontrar un conjunto significativo de objetos que permitiera la apertura de un museo. Parece que lo ha conseguido. Va siendo hora de leer la novela y de ir a Estambul.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Fauna nocturna




Se nos acabó el pan un Viernes a las diez de la noche. Hay que ir al chino.

A esas horas en el mes de Noviembre, aunque sea un Viernes, no suele haber mucha gente por la calle. Llegué a la plazoleta donde los mayores echan la partida en las mesas dispuestas debajo de unos pinos. A estas horas no están, se han ido a casa. Quedan trozos de cartón que utilizan como almohada o como paravientos.

En una de las mesas hay cinco chavales bebiendo de una botella. Calientan el gaznate antes de comenzar la noche en algún garito próximo. En frente dos cubos de basura y un colchón que tenía el aspecto de haber sido usado hasta el último sueño. En la mesa del fondo hay un indigente con un cochecito de niño que usa para llevar sus cosas que pueden ser personales o chatarra. Y me sorprende pensar en la utilidad primera de ese cochecito y en la actual. Seguramente ha conocido el cariño de unos padres, igual que el indigente. Las personas tenemos memoria, algunos creen que los objetos también lo tienen.

Un poco más allá veo al Puritos, es un conocido. No le digo nada, hay veces que prefiero observar las personas y las cosas. Suele beber solo y hablar con los que se encuentra si tiene ganas de hablar. Está jubilado. Un camarero me dijo que un café le duraba media hora y los vasos de vino cinco minutos. Depende de la hora del día que estemos hablando. 

Desde el final de la avenida baja uno de los autobuses metropolitanos que van al centro. Ir al centro es como hacer un viaje al extranjero, te puedes hacer una la idea de lo que hay por el mundo. 

Al llegar al chino me encuentro que los dependientes son nuevos. Distingo que lo son porque la diferencia de edad respecto a los anteriores son considerables. El que está detrás del mostrador es un señor de unos cincuenta años, con cazadora raída y pelo como los Beatles con su flequillo hasta la cejas. Junto a él un niño enredaba en las teclas del ordenador y una chica que podría ser su mujer o su hija, eso es más difícil de saber, ponía bolsas de pan Bimbo en las estanterías. Al salir hay una puerta con una escalera que lleva al sótano y en el descansillo una olla express con algo dentro. También se veía una cuerda y ropa tendida.

Por la calle sube un corredor que sale de las sombras del parque. Resopla, la cuesta le viene grande.

Llego a  casa y una voz me dice “La cena está preparada.”


*  La fotografía es de http://mujerconojodepez.blogspot.com.es/

martes, 4 de diciembre de 2012

Escucha Esto - Alex Ross





“Escucha esto” es una recopilación de veinte artículos musicales escrito por Alex Ross, crítico de la revista New York Times.  La temática está elegida según el criterio del autor mezclando música clásica, pop, no música o ruido.  He de decir que no se leer música en un pentagrama por lo que aunque en muchos casos la intención del autor es intentar explicar un determinado pasaje sin escribir notación musical, en otros resulta imprescindible su escritura, por lo que esa información se pierde inexorablemente. El autor resuelve estas carencias del lector volviendo al punto previo a la explicación para continuar el hilo narrativo.

El libro está estructurado en perfiles de compositores (Mozart, Schubert, Bramhs), intérpretes clásicos (Pekka Salonen, Marian Anderdon), músicos actuales (Radiohead, Bjork, Bob Dylan), hacedores de música, ruido, vanguardias (John Luther Adams, John Cage) y reportajes sobre el Marlboro College o el instituto Malcolm X Shabazz. Etiquetas para decir que todos se dedican a la música.  A excepción de los compositores clásicos donde se centra más en pasajes técnicos,  el resto me ha resultado de lectura muy amena y me ha provocado el  interés  por saber más. En especial me ha llamado la atención el artículo dedicado a Radiohead, grupo que conocía solo de alguna canción y que resultan tratados poco menos que como hacedores de prodigios o Bjork que siempre me había parecido un rollo pero de la que me llamó la atención su vocación por experimentar o por aprender con coros, con ruidos o con lo que sea. Sobre Bob Dylan predomina lo críptico de las letras y de su personalidad.

En general el libro actúa como una guía para descubrir autores, músicas, estilos. Algo que antes resultaba indiferente, después de leer determinados pasajes adquiere un significado.

El autor pone a disposición del lector una página web donde se encuentran buena parte de las músicas a las  que hace referencia y sirve para comprender el alcance de las explicaciones. Esto permite bucear entre las músicas y coger referencias que llaman a otras referencias y otros autores, haciendo que el libro no se termine cuando lo cerramos.

La dificultad de la tarea aparece descrita en el prólogo donde según dice Martin Mull “Escribir sobre música es como bailar sobre arquitectura”. A pesar de lo cual logra transmitir  la sensación de haber descrito una gran aventura.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Acero Inoxidable




Hay muchos bares que tienen una barra de acero inoxidable.

Es domingo por la mañana, pido un café con leche y un bollo. A mi derecha, a un par de metros, hay un chaval joven con aspecto de haber estado toda la noche de juerga. Con ojeras, apoyado sobre la barra. Bebe una cerveza y está solo. No para de teclear en su teléfono móvil, lleva los auriculares puestos y una cazadora de cuero.

En la televisión del bar sale Rajoy que dice algo sobre la nueva iniciativa que se ha tomado para frenar los desahucios, habla de solidaridad y de que lo peor ya ha pasado. En estos momentos en España cada día algún político hace un comunicado. Cada comunicado es más increíble que los anteriores. 

El camarero atiende a dos clientes que acaban de entrar. Leo un periódico. El volumen de la televisión está muy alto. Da la impresión que por momentos está un poco más alto. Siento un ligera vibración sobre la barra del bar. Al lado hay un expositor con patatas alioli y unos boquerones en aceite. Vibra la barra, pero solo un poco. En la tele echan los goles de los partidos de ayer. Se oye la celebración de las gradas y al comentarista explicando el cuarto gol de Madrid. El chico de al lado sigue tecleando, no da tiempo a que la persona que está al otro lado del móvil le pueda contestar. Supongo que está comunicando con alguien a través de algún sistema de mensajitos para móviles de esos que proliferan ahora. No para de teclear. En la barra vuelvo a sentir una ligera vibración y luego otra mientras paso la página del periódico.  En la tele se oyen los goles del Valencia y después algo de que Fernando Alonso no está en la pole, mientras el camarero saca dos croasanes de la plancha.

Desde donde estoy puedo oír la música que está escuchando el tipo de al lado. No se si he dicho que lleva los cascos puestos. Y sin embargo oigo la música, algo con mucho ritmo como un merengue o de ese tipo de música caribeña,  bachatas o algo así. Puedo oír la forma de teclear fuerte, sin pausa. Le miro y gesticula después de una oleada de teclazos como si reaccionara a algo. De la pantalla puede salir texto pero parece  imposible que no pueda ver otra cosa que sus propias palabras. 

El teléfono está apoyado sobre la barra, vuelvo a sentir una vibración  y unos ojos desorbitados que miran lo que debe ser una respuesta, la respuesta definitiva. La capacidad del acero inoxidable para transmitir noticias, vibraciones. Y la voz del tipo elevándose sobre todos los ruidos del bar diciendo “¿Por qué me has abandonado?”


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