viernes, 29 de marzo de 2013

Inteligencia Artificial - Spielberg






La premisa es inquietante. Personas que fabrican robots como si fueran personas por un motivo puramente económico, porque consumen menos. Y juegan con fuego porque las investigaciones sobre inteligencia aplicada cada vez profundizan más en el desarrollo de los sentimientos, de las emociones, en la capacidad de amar. Sentir amor en un mundo que les sigue viendo como máquinas. Colectivo que se verá abocado al repudio de sus madres adoptivas, a la persecución, incluso al suicidio.

Dos mil años después unos extraterrestres intentarán recrear la vida sobre las pautas de lo único que han encontrado con vida, un niño-robot y un oso de peluche. Recrearán lo original a partir de una copia distorsionada, el equivalente a pretender construir un ser a partir de trozos sueltos de algo no siempre concordante, no necesariamente estable. Pero el niño mantendrá la ilusión de recuperar el amor de una madre, auténtico hilo conductor de la película y único motivo del robot para seguir vivo, como imitación de una persona, como demostración de que la existencia del amor justifica una vida.

Película basada en tres relatos de Brian Aldiss, pero especialmente en el titulado “Los superjuguetes duran todo el verano”

lunes, 25 de marzo de 2013

Una desaparición





Me senté en el ordenador, intenté entrar en la cuenta de mi usuario de google, pero no logré acordarme de la contraseña. Llamé a mi hermana que se encontraba en la habitación de al lado. Le pregunté si la sabía, si alguna vez se la había dicho, si podía acordarse. Me dijo que no y además me dijo que me tranquilizara, que fuera a la cocina que me tomara un vaso de leche. Que procurara pensar en otra cosa. Qué fácil era decirlo!!. Me tomé el vaso de leche con un par de galletas, fui al comedor encendí la tele vi un par de noticias y regresé a mi habitación. Con la mente en blanco volví a intentarlo. Nada.

Progresivamente me iba dando cuenta de la gravedad de la situación, al no poder acceder a mi cuenta dejé de poder acceder al correo, al blog, pero también a la cuenta del banco que tenía asociada, a todos los contactos, a sus números de teléfono a los emails. Intenté ponerme en contacto con mi novia, pero tenía que identificarme de alguna manera. Me cree un nueva cuenta de correo, con otro usuario también en google y me puse en modo chat, afortunadamente estaba conectada. Cuando mi novia vio que un usuario desconocido intentaba entablar una conversación con ella, me bloqueó. Y lo mismo me pasó con Juan y con Elena y con todos los amigos de la facultad. De repente me había convertido en un sujeto invisible y sospechoso para los demás. Hasta mandé un correo a mi hermana que se encontraba en la habitación de al lado, que también descartó, aún sabiendo que había olvidado la contraseña. La llamé pero no contestó. Fui hasta su habitación y me acerqué a su silla, tecleaba algo. Pareció no enterarse de mi presencia Seguí hablando, le hablé más alto, pero ella me ignoró, desconectó el ordenador, se levantó de la silla,   pasó junto a mí, apagó la luz y se marchó cerrando la puerta.


jueves, 21 de marzo de 2013

A la sombra de Phelps





Demetrio fue a hacer las pruebas de nivel porque había decidido apuntarse a un curso de natación. Era experto nadador sin estilo definido. Marta, la monitora, le preguntó si sabía nadar a crol y Demetrio le contestó que sabía nadar a algo parecido a crol y a  algo parecido a braza. En su fuero interno pensaba que era razonablemente bueno ya que en vacaciones se metía en la zona de playa donde no hacía pie y nadando llegaba de un extremo a otro de la playa.

Así que Demetrio salió del vestuario con el traje de baño de oferta del decathlon, las gafas enrolladas en la muñeca y unas chanclas poco más que de estar en casa. Una bolsa roja de plástico para la ropa marca kappa de cuando era joven y los zapatos metidos en una bolsa del ahorramas. Prefirió dejarlo todo en una taquilla que estaba junto a la pileta.

Demetrio se movía como nadador completamente seguro de si mismo. -Vengo a hacer la prueba de nivel. Marta le preguntó por su gorro de baño. A lo que Demetrio dándose un golpe en la frente recordó que lo había dejado dentro de la bolsa roja marca kappa. Un nadador experimentado puede cometer pequeños deslices. Volvió a abrir la taquilla y vació la bolsa, depositando las cosas en el banco, la ropa, la toalla, un bote de gel grande, el periódico. El gorro estaba al fondo junto al bocadillo envuelto en papel de plata. 

Cuando Demetrio se metió en la piscina, sabía que podría llegar al nivel medio-avanzado junto a los fórmula uno de la piscina. Marta le mandó hacer un largo a crol, otro a braza y otro más de espaldas en el que se echó un generoso trago de agua producto del roce de la mano con la corchera. Después Marta le dio una tablilla y le mandó avanzar solamente dando patada de crol. A Demetrio le costaba horrores avanzar. Hacia mitad de la piscina comprobó que no avanzaba nada en absoluto pese a mover los pies frenéticamente. La monitora le hizo salir de la piscina.  – Que tal?.  Y Marta, condescendiente, le dijo que bien, que el movimiento de brazos era bueno, pero que de cintura para abajo se hundía como un botijo. – Hay que trabajar esa patada, hundes el cuerpo medio metro y no controlas la respiración. Por lo demás está bien. Te vamos a poner en el nivel cero, para que vayas puliendo esos errores. Empezamos el martes de la semana que viene a las cuatro y media.

Pasó junto a un espejo y vio el color rojo-semáforo de su cara, congestionada a tope. Mientras se retiraba al vestuario oyó un a voz a su espalda – Demetrio, que te dejas las chanclas!!!.  Pensó que estaba llamado a ser el nuevo Michel Phelps del nivel cero. Que algo grande estaba a  punto de empezar.


lunes, 18 de marzo de 2013

Sentido de las manos





Tenía las manos enfrentadas y las yemas de los dedos apoyadas unas sobre otras como en un espejo y en forma de pirámide. Levantó la cabeza, comenzó a frotarse la manos despacio pero enérgicamente, como si una mano opusiera resistencia a la otra, como si hubiera una intención. Una vez, otra vez, armónica, constantemente. 

Apoyó las yemas de los dedos de la mano derecha sobre los nudillos de la izquierda y ejerció una persistente presión hasta que se oyeron unos chasquidos. Repitiéndolo con la otra mano. Por cada intento los sonidos se iban atenuando, hasta que lo único que se mantenía era una fuerte tensión en los nudillos y en las falanges. Presión considerable que también se repetía en la otra mano. 

Un poco más tarde el dedo anular de la mano izquierda era sujetado por el pulgar y el corazón de la mano derecha, mientras el índice estiraba la cutícula sobre la uña, casi siempre sobraba algo de esa piel elástica que bordeaba la uña pero era difícil que saliera solo lo sobrante. En esos casos se llevaba el dedo a la boca y mordía el trozo de pellejo que todavía quedaba, escupiendo la brizna al suelo. Así, con varias cutículas y algún padrastro. En otras no hubo necesidad. Más tarde volvían a enfrentarse las manos y ocasionalmente la uña del dedo corazón aterrizaba tangencialmente sobre la panza del pulgar intentando acertar en algún pliegue de piel. La respiración era fuerte y ligeramente agitada.

Hubo movimiento en la sala.
 - Levántese el acusado – Es lo que entendió que dijeron, acompañado por movimiento de personas en el estrado.

El presidente de la sala se adelantó y dijo:
- Después de tres votaciones este jurado considera que el acusado es culpable de la muerte por estrangulamiento de su esposa.



viernes, 15 de marzo de 2013

Complejidad





Gotas que resbalan, ramas fractales,
aves migratorias, respiración,
vaho en el cristal.




miércoles, 13 de marzo de 2013

Profecía de San Malaquías





San Malaquías dice: 

“In psecutione extrema Sacrae Romanae Ecclesiae sedebit. Petrus Romanus, qui pascet oues in multis tribulationibus: quibus transactis ciuitas septicollis diruetur; Judex tremedus iudicabit populum suum. Finis.”

Leo esto y me pasa lo mismo que con algunos textos o ante la lectura del Ulises que nunca hice, que no entiendo nada. Sin embargo el latín tiene esa cosa de los sonidos fuertes de las palabras como si estuvieran escritas en piedra que le dan un aire solemne y catedralicio.

Lo que viene a decir San Malaquías es que el último papa se llamará Pedro el Romano, pasado el   cual Roma será destruida y el juez supremo dictará sentencia a los fieles. Muy de iglesia  y de apocalipsis. Nada extraño por lo tanto. Al final siempre viene alguien impartiendo justicia, al contrario de lo que pasa en el mundo real.

Para justificarlo, Malaquías, que fue arzobispo católico de Armagh, nombre que también se las trae y que no he querido saber donde está para mantener ese aire remoto y alejado de la ciudad, enumeró en el siglo XII 112 lemas o breves sentencias que deberían ser asignados a los siguientes y últimos 112 papas y con los que de una forma u otra tenían alguna relación. Esto evidentemente supone un acto de fe. Uno más. Pese a que esta predicción fue hecha en el siglo XII, no se publicó hasta casi quinientos años más tarde ya que  Malaquías no tenía ninguna prisa por publicar. Apareció en el libro del benedictino Arnoldo Wion titulado "El árbol de la vida, el ornamento y la gloria de la Iglesia".  Arbol de la vida y ornamento...La lista se acaba con el papa que elijan estos días, pasado el cual se llega a la ejecución profética.

Es como si alguien subido a una roca dijera unos nombres, quinientos años después los escribiera y el eco llegara hasta nuestros días. No sabemos si la señal, cual teléfono móvil, se ha perdido o enturbiado, ni tan siquiera sabemos si estamos al corriente de pago.

Para los aficionados al hermetismo estos son los cuatro últimos lemas asociados a papas:

De la Media Luna
De la fatiga o trabajo del sol
La gloria del olivo
Pedro Romano (Es el asignado al nuevo y último papa) 

Seguro que se puede escribir algo incomprensible e ignoto al respecto.

lunes, 11 de marzo de 2013

Escena de interior





Después de comer, lo que me apetece es tumbarme un poco. Los días que estoy más cansado me voy a la piltra, los que menos, me recuesto en el sofá y me pongo a leer una de las revistas que tenemos en cualquiera de las mesitas del salón de nuestro dúplex de Nueva York. Aquí me podéis ver con mi mujer, Joan Crawford, famosa por interpretar algunas películas y por las broncas que se montaba con la Davis y por más cosas. Está leyendo una crónica de la fiesta que dio Holden con motivo de su cumpleaños y al que por supuesto no habíamos sido invitados.

Pero el verdadero motivo de enseñar esta fotografía es porque un amigo común que vive en Madrid nos ha dicho que los almendros han comenzado a florecer allí, un poco pronto para mi gusto. Como a Joan le encanta la primavera no hemos podido resistirnos a poner un almendro de interior de plástico por supuesto. El plástico es lo que se lleva en esta época. También se puede ver el tapizado de los sofás deliberadamente chic, para que haga juego con el color del último coche que hemos comprado y que se encuentra fuera de la casa exactamente detrás de las cortinas. Son pequeños caprichos que nos podemos permitir. Carleton Varney amigo y crítico de arquitectura de la revista Harper's Bazaar, contó en una reseña de este piso que nuestro mobiliario tiene más plástico que la carne de los supermercados A & P. Pero la moda es lo del plástico. El asunto de  los supermercados no sabría decirlo, no es asunto mío. Decía que el árbol lo hemos puesto por proximidad emocional con nuestro amigo madrileño y porque a mi mujer le gusta tumbarse a la sombra de los almendros en flor.

Mientras Joan me cuenta los pormenores de la fiesta de Holden, los asistentes, los cotilleos, a mí me entran ganas de ir al servicio. Se puede ver por la posición encogida de mis piernas  y por la contracción del abdomen. Pero no puedo salir porque conociendo el temperamento endiablado de Joan es posible que estuviera dos días sin hablarme alegando que la he ignorado. Así que mientras parece que la escucho, observo detenidamente su bello aunque duro rostro y agarro firmemente la revista para mantener la tensión alejada del vientre. La lámpara es el contrapunto luminoso que compensa la escena. El sol no puede entrar en la estancia porque lastimaría su delicada piel y arruinaría esta escena de interior.

Foto

jueves, 7 de marzo de 2013

El rey en su fractura




El rey siempre tuvo buena conciencia, estaba convencido de que su comportamiento era correcto y de que siempre lo había sido, pero algo en su cuerpo hacía que las cosas fueran de otra manera. De joven le gustaba hacer deporte. A veces prefería hacer ejercicio en lugar de cumplir con sus obligaciones como rey. Pero algo en su interior no estuvo de acuerdo y le castigó con un brazo roto y una operación de pelvis.

Más adelante y pese a que estaba casado o precisamente por eso, no tuvo mayor inconveniente en echar una o varias canas al aire e incluso mantener amantes con quienes olvidar a la reina. Olvido momentáneo por supuesto. Su cerebro le decía que su comportamiento era el adecuado pero su cuerpo, verdadero eje moral, le respondió con una brida fibrótica que presionaba el uréter y con una rotura de meseta tibial externa de rodilla.

Por algún motivo parece que el cuerpo deseaba hacer pagar esos pequeños desajustes que se producen en todo reinado o en todo gobierno. Ligeras correcciones. Era aficionado a la caza y en cierta ocasión su cuerpo, que no su cerebro, intuyó el sufrimiento infringido a un pobre animal al que disparó en parte dolorosa más que letal. La consecuencia de este error fue una fisura severa en su muñeca derecha. Con la que disparaba. Debía haber sido castigo suficiente.

Pero no corrigió, no hubo propósito de enmienda suficiente. Mostró un completa indiferencia ante casos de corrupción en el gobierno y eventuales blanqueos de capital. Pero lo consideraba adecuado, porque sabía que la política es el arte de sumar peras con manzanas. Su mente era cristalina. Pero el cuerpo le respondió con eliminación de nódulo en pulmón derecho y artroplastia en rodilla izquierda. Son estas cosas que se producen cuando no hay sincronización mente-cuerpo. 

Últimamente anda  enredado en movidas personales. Es normal que un monarca deba ocultar los ligeros errores de hijos, hermanos, yernos,  casi forma parte de las obligaciones de un rey. Pero su conciencia corpórea le señala una fractura de cadera y el correspondiente implante de prótesis. El cuerpo considera que la conciencia monárquica debe regirse por una máxima exigencia.

lunes, 4 de marzo de 2013

Propeler Island Hotel



He decidido tomarme un descanso de tanta crisis y de tanto decaimiento y he decidido viajar con la imaginación a Berlín. No conozco la ciudad, esta es una afirmación de perogrullo, conozco mi barrio y poco más. Sin embargo a veces me permito hacer viajes pero solo imaginarios. No confundir con viajes astrales o lisérgicos o de otro tipo. Decía que en esta ocasión se me ha ocurrido ir, atención al nombrecito,  al “Propeler Island City Lodge” hotel de 27 habitaciones dedicadas a una rareza diferente. Las imágenes que aparecen en su página son pequeñas con el objetivo de aumentar el efecto sorpresa del viajero. Deben ser mantenidas en secreto y no divulgarlas. Que esto no salga de aquí.

He decidido alojarme en la habitación de la fotografía, que es la única cuádruple y que se llama “Upside Down” (Al revés). Tiene una habitación puesta en el techo con su cama, mesa, alfombra a cuadros y más cosas y abajo en el suelo la cama de dormir. Quien dice dormir dice cualquier otra cosa. El efecto es que  tumbado se tiene la sensación de estar colgado del techo, porque ves el suelo. ¿Curioso no?. Despertar por la mañana y encontrarte mirando al suelo, como si se estuvieras regresando de un viaje astral chungo. Normalmente en viajes extracorpóreos se aprecia el propio cuerpo al regresar, pero en este caso lo único que se ve es la cama vacía. Pretendes volver a tu cuerpo y ya no lo tienes, se te ha quedado por el camino. Evidentemente si el whisky de por la noche no es de cierta categoría, la resaca puede originar este tipo de efectos y peores. Por eso la víspera es aconsejable moderarse.

Otras habitaciones están dedicadas al silencio, a la libertad (en una celda), a dormir en la jungla o al cuarto de la abuela que tiene ducha en el armario.

Solo si váis a Berlín.

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