El curioso incidente del perro a media noche comienza como una novela policial y acaba con la vida pasando por encima a sus protagonistas. Pero la novedad es que el relato está contado desde el punto de vista de un niño con síndrome de Asperger que es un tipo de autismo, que es una forma diferente y quizá algo más limitada de ver la vida.
Y está bien porque el autor es capaz de hacernos partícipes de las vicisitudes del chaval visto desde dentro, pero con la lógica del lector que es probable que no tenga síndrome alguno. Para Christopher Boone su vida está regida por estrictas normas mentales, aunque con una capacidad para el análisis fuera de lo normal. Ese síndrome, ese conjunto de causas que prefigura una enfermedad, no impide que sea un fuera de serie en matemáticas o en todas aquellas cosas que impliquen lógica o rutina. Los asuntos rutinarios y las repeticiones son parte inseparable de su forma de enfrentarse a la vida y todas aquellas personas o cosas que las infringen caen automáticamente fuera de su mundo.
Hacia la mitad del libro se resuelve el caso del asesinato del perro y la novela sigue por los derroteros que han estado apuntados desde su inicio y de los que no sospechamos sus consecuencias. Parece un divertimento pero no lo es, y cuando la novela termina puedo imaginarme que la vida de los protagonistas va a seguir siendo difícil e incierta. También muestra la incapacidad para comunicarse y el esfuerzo para no dejar de intentarlo.
Y está bien porque el autor es capaz de hacernos partícipes de las vicisitudes del chaval visto desde dentro, pero con la lógica del lector que es probable que no tenga síndrome alguno. Para Christopher Boone su vida está regida por estrictas normas mentales, aunque con una capacidad para el análisis fuera de lo normal. Ese síndrome, ese conjunto de causas que prefigura una enfermedad, no impide que sea un fuera de serie en matemáticas o en todas aquellas cosas que impliquen lógica o rutina. Los asuntos rutinarios y las repeticiones son parte inseparable de su forma de enfrentarse a la vida y todas aquellas personas o cosas que las infringen caen automáticamente fuera de su mundo.
Hacia la mitad del libro se resuelve el caso del asesinato del perro y la novela sigue por los derroteros que han estado apuntados desde su inicio y de los que no sospechamos sus consecuencias. Parece un divertimento pero no lo es, y cuando la novela termina puedo imaginarme que la vida de los protagonistas va a seguir siendo difícil e incierta. También muestra la incapacidad para comunicarse y el esfuerzo para no dejar de intentarlo.