martes, 1 de febrero de 2011

El medio es el mensaje



Decía Marshall McLuhan que el medio es el mensaje, de tal modo que lo que importa no es solo la información que percibimos sino el medio, el canal a través del cual se realiza. Si estamos en un bar hablando con alguien, tan importante como la información que estamos recibiendo sobre el resultado del partido del Domingo, es la voz de quien nos lo cuenta, su aspecto, si mueve mucho las manos. Si esa misma información es transmitida por la misma persona vía correo electrónico la información será mucho más concisa a nivel de detalle y no hay posibilidad de ver la cara a nuestro interlocutor. Lo que falta por decir, aunque de esto no estoy muy seguro, es que el propio medio, por sus propias características influye en nuestra forma de vida. El hecho de recibir veinte mail diarios hace que tengamos que abrirlos, leerlos, contestar algunos de ellos y rendir en el trabajo o cumplir con nuestras obligaciones domésticas. En algunos casos ese tiempo empleado se puede denominar tiempo perdido, con las consiguientes dosis de frustración asociadas. A todo esto falta por añadir otros medios en la forma de aparatos tecnológicos que hacen que todo esto tienda a la urgencia, a la rapidez y a la nada.


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