lunes, 15 de abril de 2013

Demencia 1




Constantino veía pasar imágenes por la televisión, daba igual el programa que emitieran, era indiferente la hora. Lo importante era que siempre hubiera ruido a su alrededor. Si no, se ponía raro. Estaba sentado en una silla con reposabrazos porque en ese tipo de silla era más difícil que se cayera. Hacía unos meses que le habían diagnosticado una demencia progresiva e irreversible aunque su aspecto insinuara una cierta normalidad.  En la misma habitación se encontraban el nieto y su yerno, cada uno sentados en extremos opuestos del sofá. En el centro de la habitación una mesa camilla con mantel y una jarra con agua y un vaso. El nieto leía el Hobbit y su padre la propaganda de una marca de coches.  Llevaban  un rato sin abrir la boca. El yerno preguntó:

- Constantino, ¿ha llamado alguien esta tarde?. – Se trataba de una pregunta sin importancia, como para mantener el ruido en la habitación.
- Sí.
- Quién era, ¿lo conocemos?.
- Era mi hermano.

Ambos padre e hijo levantaron los ojos y se miraron con la gravedad acostumbrada, no exenta de un cierta complicidad. Sabían que su hermano había fallecido cinco años atrás, pero le siguieron la corriente.

 - ¿Y que te ha dicho? ¿Está bien?
Arqueando las cejas el abuelo respondió lo acostumbrado:
- No sé.
A lo que el nieto apostilló con un gesto de impostada seriedad  
- Habrá hecho un llama-cuelga.
- Eso ha debido ser. - Dijo su padre mientras volvía la vista a un tipo de neumático ultrarresistente a la humedad.

La televisión seguía mostrando imágenes, Constantino miraba.

33 comentarios:

silvo dijo...

Se de alguien que mandaba a buscar a un fallecido,la mente es imprevisible, saludos

clarodecir dijo...

Ante esa caja tonta, todos estamos más muertos que vivos...y el cuelgue: "llamada-cuelga"...
Tengo ganas de ser una máquina total, sólo por saber que se siente...con una inteligencia más potente que la de ese coche fantástico soñado de la revista...

Sergio DS dijo...

Que dura y solitaria se hace la vejez, confundiendo realidad y recuerdo si tienes la fortuna de conservarlos.

emejota dijo...

No se que decir todavía, muy real, de momento solo eso, espero el desenlace.
Ahora bien, el concepto de realidad, ya se sabe, es lo que es, bastante irreal. Bsss.

lichazul dijo...

llegado el tiempo y los años a todos , pero a todos! la noción de la realidad se nos altera
hay quienes les va peor y a otros son altos y bajos
pasa que el lóbulo frontal envejece así como envejecemos por fuera
y nos vamos desconectando paulatinamente
es lo que me ha explicado la neuróloga con respecto a mi padre

tu relato es muy real, y no solo hay confusiones sino mucho ensimismamiento por parte de quien padece este tipo de deterioro cerebral

algo que la geriatría va poco a poco interpretando y que los países al alcanzar tasas de población mayor en ancianos , está dando cuenta de la constante que se produce, así como hemos alargado la expectativa de vida , también vemos como el envejecimiento celular y la desconexión neuronal se manifiesta

feliz lunes

Francisco Espada dijo...

El ruido de la tele como banda sonora de nuestra vida familiar: nadie hace caso a la tele ni siquiera unos a otros; para colmo de males el abuelo ha hecho una demencia y en su mente está todo patas arriba...

Un abrazo

la MaLquEridA dijo...

Para poder hablar se necesita no tener la televisión prendida porque nadie sabe de lo que habla o de lo que responde, de por si a los abuelos se les presta menos atención a nada.

Melvin dijo...

El poder hipnótico de la pantalla es capaz de atontar al ser más coherente y selectivo, sólo con que baje las defensas...Somos voyeurs por naturaleza, nos encanta observar... Y en ocasiones no vemos el peligro.... Besotes.

Noelplebeyo dijo...

esperando la carta de ajuste


triste

Susana Jiménez Palmera dijo...

Que dura la vejez . Todos llegaremos a ella , pero me conmueve inmensamente.
Un abrazo

Nieves Martín dijo...

Te quedas como hueca al leer este relato.
Se siente ese momento perfectamente, ese hombre esperando mientras mira las imágenes del televisor esperando su turno, su momento...

Saludos Jaal :)

Rafa Hernández dijo...

Yo creo que el pobre hombre se ha quedado en esa situación de ver tanta tele. Sobre todos con las series de Chuck Norris. Muy bueno.

Un abrazo jaal.

Idoia Laurenz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Idoia Laurenz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Idoia Laurenz dijo...

Tanta televisión atonta a todo el mundo. Con lo fácil que es contestar: tienes una enfermedad y no te cuerdas de algunas cosas pero si quieres apago la tele y hablamos de tu hermano y me cuentas todo lo que te cuerdas de él.
Yo es que no veo la tele... ¿Se nota no?
Besos

Andrés de Andrés dijo...

La presumible demencia de Constantino y de tantos otros como él, no es sino el día a día de muchos, con visitas obligadas que ocupan siempre un sillón y distraen su aburrimiento leyendo. La televisión es más impersonal pero menos cruel.

Mirella S. dijo...

Jaal, un relato tan despojado, pero que eriza la piel. Con pocos trazos describiste el deterioro de la vejez, la indiferencia y la incomunicación más absoluta (no sólo por la demencia).
Y teniendo de fondo el sonido de la tele, que todo lo tapa con su manto de trivialidad.
Un abrazo.

TORO SALVAJE dijo...

Joder...
Menudo futuro nos espera.

Rosa dijo...

No creo que haya peor cosa que perder la cabeza...

Besos desde el aire

Guillermo Silva dijo...

Logrado relato, un mundo extraño el de la locura, quien sabes lo que pasa por esas mentes que navegan entre la realidad y la imaginación.

Te felicito.

Unknown dijo...

Muy bien, me encantó!

Pilar Cárdenes dijo...

A saber donde están los límites de la razón...quizás, solo quizás se me ocurre darles el beneplácito de la duda.

Unknown dijo...

!Hola jaal!

No quisiera terminar mi existencia viendo sin ver a mis seres queridos,me angustia solo pensarlo.

Un post muy bueno y reflexivo.

Muchisimas gracias por tu apoyo y cariño.Muchisimos besitos.

LOS OJOS DE LA NIEBLA dijo...

La mente, tan compleja y de la que tan poco se sabe..
Aunque a veces estas cosas nos hacen pensar ¿quién es el cuerdo?

Saludos, Jaal

joaki007 dijo...

Es un duro relato pero por desgracia es una realidad palpable ...

Es muy cruel y muy triste a la vez que la cabeza no responda .
Tu lo has tratado con delicadeza y eso es un punto a tu favor.

Muy bueno este mini relato.

Un gran abrazo.

María dijo...

La soledad en la vejez, ese silencio que nada se escucha y nada acompaña nada más que el sonido de la tele... ¡y cuánto daño puede hacer a la mente!

Un beso.

El Bueno de Cuttlas dijo...

Buen relato. Al menos Constantino tiene algo de compañía, la soledad no hace favor alguno ni a la mente ni al espíritu.

Un saludo Jaal

María Eva Ruiz dijo...

Una lágrima ha asomado a mis ojos mientras leía esto. Durante algo más de un año fuí la madre de mi padre en vez de su hija, me solía llamar así en vez de mi nombre. La mente juega malas pasadas, y cuando aparece esa dura enfermedad llamada alzheimers y es una pesadilla para el paciente y para la familia.

Un abrazo grande,
Eva.

MAR dijo...

Pues sí¡ así es la demencia
Lo vivo con mi madre
Bss

Pluvisca dijo...

Lo dicho antes en el post anterior...mi abuelo empezó asi y acabo sin hablar y ...trsite...muy triste...ver un hombre fuerte y vital asi...

besos

ANTONIO CAMPILLO dijo...

Probablemente, Jaal, no era un llama-cuelga. Debería ser uno de los recovecos de una mente que ha guardado todo excepto la realidad actual, que ha vivido todo y ahora se encuentra consciente de la incapacidad de su cerebro.

Un abrazo, amigo Jaal.

Cartoncita Rosa dijo...

Es curioso que mucha gente joven o de edad avanzada se sienten "raros" cuando la televisión no está encendida.

Ya leí la parte 2 aunque preferí comentar en esta.

Abrazo :)

independent dijo...

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